lunes, 12 de febrero de 2007

Apuntes sobre mística, religiosidad y movimientos populares


Por Mariano Pacheco para Prensa De Frente




El mito quiere completar la historia: hacer justicia, vengar a las generaciones derrotadas”


Esteban Rodríguez



A Julio López, por su aparición con vida



UNO-
Federich Nietzsche supo decir que el problema no era que los hombres se crearan dioses, sino que se confundieran y luego pensaran que esos dioses los habían creado a ellos.Es lo que, de alguna manera, sucedió en la tradición platónica-cristiana: se confundió lo último con lo primero. En Platón, porque “lo que es, no deviene, no se hace y lo que deviene o se hace, no es”. Por eso, Nietzsche lo acusará de defender “ideas-momias” y una mímica de sepulturero.Bien: sigamos dándole una vuelta de turca a esta “confusión” de lo último con lo primero. Continúa el pensador alemán: “todos los valores superiores son de primer orden, todos los conceptos superiores, el ser, lo absoluto, el bien, la verdad, la perfección, todo eso no puede devenir o ser…tampoco puede ser desigual entre sí ni hallarse en contradicción. Así es como llegan a su concepto de Dios. La cosa última, la más tenue, la más vacía, ocupa el primer lugar”. Se refiere Nietzsche al planteo Socrático-Platónico explicitado en La República (tanto en el “Paradigma de la línea” como en la “Alegoría de la caverna”, relato en el cual se basó el escritor portugués José Saramago para realizar su novela La caverna). Es en este libro en donde el mundo queda dividido en sensible e inteligible. Por supuesto: la idea de bien (las almas); la ciencia-verdad (las imágenes de la idea), conformarían el ámbito superior, por sobre la mundana vida terrenal. Lo inteligible por sobre lo sensible.Y como se lamenta Nietzsche por esto: “¡Que haya tenido la humanidad que tomar en serio los dolores de cabeza de esos enfermos urdidores de telas de araña! ¡Y que lo haya pagado tan caro!
DOS-
En una entrevista realizada por Bernardo Mançano Fernandes (con S en la edición portuguesa y con Z en la Argentina) y publicada en agosto de 1999 por la Editora Fundaçao Perseu Abramo, bajo el título Brava Gente, a trajetoria do MST e a luta pela terra no Brasil, el dirigente de los Sin Tierra, Joao Pedro Stedile, sostiene que han incorporado a la mística “como una práctica social que tiene que ver con que las personas se sientan bien al participar de la lucha”.No es una afirmación menor, sobre todo si tenemos en cuenta la tradición de la izquierda a lo largo de todo el siglo XX, siempre tan dispuesta al sacrificio.Es justo reconocer que Karl Marx hizo un aporte importante al plantear que la filosofía debía invertir la ecuación vigente hasta el momento (“del cielo a la tierra”) y ver a la religión como “opio de los pueblos”. Es decir, adormeciendo las conciencias, dejando la felicidad, la libertad, para un más allá inteligible (también Nietzsche, aunque no precisamente desde la izquierda, había señalado ya en El nacimiento de la tragedia –ver: Ensayo de autocrítica- que el cristianismo, ya sea por cansancio a la vida o por temor a la belleza y la sensualidad, inventó un “más allá” para calumniar mejor el “más acá”).Sin embargo, el planteo marxista continuaba apresado en una lógica del “mas allá”: la lucha hay que comenzarla hoy, en la tierra... pero: debemos emprender una batalla tras otra; transitar un extenso sendero de penurias, renunciamientos, para luego (de la toma del poder; de la dictadura del proletariado; de la transición del capitalismo al socialismo primero, y de éste al comunismo después) construir el paraíso terrenal.Lo que pasó con las experiencias socialistas es de amplio conocimiento y difusión. Sobre todo por que fue, y es utilizado, por quienes detentan el poder en nuestro país y en el mundo para quitarle energías a quienes pretenden construir políticas de emancipación.
TRES-
Pero concentrémonos un poco en el tema de la religiosidad popular. En América Latina, sobre todo en las décadas que van de los 60 a los 80, un sector del cristianismo (el que se organizó bajo la Teología de la liberación), tomó de su fe las fuerzas que necesitaron para plantarse frente a los apologistas de la inmutabilidad y proponerse efectivizar transformaciones radicales de las injustas sociedades del continente.Tomaron de la praxis del carpintero Cristo aquellos elementos mas vinculantes con las luchas de su presente y la religión dejó de ser opio para transformarse en arma; en un cañón colocado en la trinchera opuesta a la que el “cabezón barbado” del primer mundo (nos referimos a Marx, por supuesto) la había visto. Se colocó del lado de los humillados y ofendidos. No sólo el Frente Sandinista de Liberación Nacional en Nicaragua, y el cura-guerrillero colombiano Camilo Torres supieron de esto. Muchos otros país, incluido el nuestro (con ejemplos como el de los Sacerdotes para el Tercer Mundo, Carlos Mujica o Moseñor Angelelli), tuvieron esta presencia de “cristianos por la liberación”.Un caso emblemático quizás sea el de Brasil. Volvamos entonces a las palabras de Stedile, dirigente de los Sin Tierra:“La mística es una forma de manifestación colectiva de un sentimiento. Queremos que ese sentimiento aflore en dirección a un ideal, que no sea una obligación. Nadie se emociona porque recibe la orden de emocionarse, se emociona porque está motivado en función de algo. Y tampoco se trata de una distracción metafísica o idealista, de que todos iremos juntos al paraíso... los carismáticos usan la mística en pro de un ideal inalcanzable...”Como vemos, una religiosidad que no saca el foco de los problemas terrenales; por el contrario. Continúa Stedile:“Antes nos dedicábamos a imitar [a la iglesia]... Cuando forzábamos la copia no funcionaba”.Resuenan, desde el fondo de la historia latinoamericana, las palabras del peruano José Carlos Mariátegui: “El socialismo no podrá ser ni calco no copia. Tendrá que ser creación heroica”.Y “el socialismo del siglo XX”, sin una mística acorde a las circunstancias, es difícil de imaginar. “Sin mística no hay revolución”, expresó un militante popular marplatense en un encuentro del mes de diciembre de 2006. Quizás lo haya dicho en joda. Pero igualmente tomamos sus palabras para arrojarla, no como certeza, pero sí, al menos, como hipótesis.
CUATRO-
Continuemos con La Mística. Según el Movimiento de Trabajadores rurales Sin Tierra de Brasil, La Mística no puede dejar de tenerse en cuenta en la lucha por la transformación de la sociedad. Entre otras cosas, el MST plantea que, La Mística, es la energía vital, la fuerza, la animación, el impulso que nos acompaña en el día a día, en todo el proceso de organización y lucha popular. Energía que tiene como misión acortarnos la distancia entre el presente y el futuro, haciéndonos vivir HOY, lo que deseamos para el mañana. Claro que, este planteo, va de la mano de otro mas general: el de constituirse como “movimientos pre-figurativos”, según palabras de Miguel Mazzeo. Es decir, como movimientos que se plantean construir gérmenes de la nueva sociedad en los marcos de la vieja.Ahora bien, concientes de que el cambio social sólo podrá consolidarse (¿Imponerse? ¿Alcanzar su mayor grado de desarrollo?) cuando el poder popular tenga mas fuerza que el poder de las clases dominantes, es que los Sin Tierra se plantean una batalla de largo trecho. Es en este marco que afirman que La Mística debe aumentar la voluntad para participar cada vez más de la organización; a la vez que aseguran que existen más personas que abandonan la lucha por cansancio, que personas que fracasan. Por eso sostienen que La Mística no puede estar ausente, ya que es para la lucha, lo que el combustible es para un colectivo.
CINCO-
Un tiempo antes del surgimiento del MST, Louis Althusser escribió su último libro: “El porvenir es largo”. Allí, el pensador francés se preguntaba: ¿Podremos alcanzar el comunismo? No lo sabía. Sí, en cambio, estaba convencido que, entre la injusta realidad y aquella visión escatológica dada por Marx, había “un ancho río de mierda por transitar”.También sabía que, además de injusticia, su presente contenía “islotes de comunismo” (término que claramente podemos identificar como antecedente del mencionado “prefigurativo”). Se pregunta, entonces, acerca de la capacidad que tendrían, o no, de expandirse por el mundo entero. No se considera optimista. Y declara: “Si hay esperanza está en los movimientos sociales de masas, en los cuales... siempre he pensado que reside la primacía sobre sus organizaciones políticas. Ciertamente vemos desarrollarse en el mundo movimientos de masas desconocidos e impensados por Marx (por ejemplo en la América Latina, incluso en el seno de una Iglesia tradicionalmente reaccionaria, bajo los auspicios del movimiento de la teología de la liberación)”. Tengamos en cuenta que uno de esos movimientos, que Louis Althusser no vio, fue el de los Sin Tierra.Sin embargo, tampoco se consume en el pesimismo. Citando a Marx declara: "La historia tiene más imaginación que nosotros". Y reflexiona: “No creo en el voluntarismo en la historia. Por el contrario, creo en la lucidez de la inteligencia y en la primacía de los elementos populares sobre la inteligencia. A ese precio, puesto que la inteligencia no es la instancia suprema, puede seguir a los movimientos populares, fundamentalmente y ante todo para evitarles recaer en las aberraciones pasadas y ayudarles a encontrar formas de organización verdaderamente democráticas y eficaces”.Una de esas instancias (¿no racionales?) encontradas por los Movimientos Populares Latinoamericanos ha sido La Mística. Sigamos entonces con los planteos del MST. En su cuaderno de formación Nº 24, fechado en abril de 2002 y titulado “Método de trabajo popular”, desarrollan sintética y claramente el tema. Veamos:“La Mística debe impulsar a las personas para un cambio de vida. No basta con que nuestra causa sea justa. Es necesario que la justicia penetre en nosotros. Nosotros necesitamos ser justos”, dicen.También afirman que La Mística es esencialmente sentir. Y que su objetivo central apunta a unir el pensamiento y la acción, con los sentimientos. En relación a esto sostienen:“Debe existir unidad entre forma y contenido, ya que existen personas que tienen contenido, pero no lo expresan, no celebran. Y hay personas que celebran y sin embargo no tienen contenido, convirtiendo a La Mística en un ritual mecánico”.Por ultimo, el Movimiento Sin Tierra alimenta la postura de que, La Mística, debe contener:Los valores promovidos por la organización. Los símbolos (ya sean banderas, consignas, cantos, himnos o canciones). La memoria histórica (no sólo recordando a los luchadores caídos, sino también conmemorando las fechas importantes: cumpleaños, aniversarios, etc). La practica cotidiana del movimiento. Los objetivos de la lucha (el cambio social). La valoración de los logros y las conquistas obtenidas. La Mística, entonces, no puede burocratizarse. Debe estar presente en todos los momentos del proceso, y fundamentalmente, no puede realizarse si no hay seriedad, sensibilidad y convicción. Es decir, si no está encarnada en cada uno.
SEIS-
Veamos que nos dicen el Diccionario de Filosofía (D.F) de José Ferrater Mora (Editorial Atlante, 1944; y, versión abreviada, Editorial Sudamericana, 2004); y el Pequeño Larousse Ilustrado, 2002 (P.L.I).Definiciones según el P.L.I: Mística: “Del griego Mystikos, cerrado”. Místico: “Misterioso; que encierra un misterio”. Misterio: “Del Latín misterium, cosa incomprensible para la mente humana, o muy difícil de comprender o interpretar” (negritas mías). Por Misticismo, entiende: “Doctrina o creencia fundada en el sentimiento o la intuición, y no en la razón”.Finalmente, tomemos nota de lo que concibe como literatura mística: “…En su intento de comunicar una experiencia que reconocen inexpresable, los autores místicos recurren a símbolos, alegorías, comparaciones y antítesis, mediante los que consiguen ampliar las dimensiones conceptuales de la palabra y alcanzar notables cotas de belleza e intensidad lírica, al mismo tiempo que, dado el origen de muchos de ellos, enriquecen el lenguaje literario con la sintaxis y el léxico del habla corriente” (negritas mías). En cuanto al D.F, define:Mística: “…Parece que los caracteres comunes de la mística se cifran en el propósito de la unión del alma humana con la divinidad por medios que se hayan más allá de toda razón o especulación…” “… La razón resulta impotente para alcanzar y expresar aquello que es calificado justamente de inefable e innominable…”. Tenemos, entonces, a La Mística como algo completamente “irracional”, o bien, como una esfera del conocimiento que, a través de símbolos (fundamentalmente), es capaz de articular la razón con los sentimientos y las intuiciones. Reparemos en como se define Símbolo en el D.F:“Es todo signo que representa algo…El sentido más general de símbolo es el de representación o evocación. Así se dice que un gesto es simbólico cuando su presencia indica la ausencia actual de lo simbolizado. En la representación simbólica hay, pues, siempre, prescindiendo de sus múltiples caracteres particulares, una presencia actual que evoca una presencia potencial, una ausencia que se hace patente en el acto de la evocación”.“…Las formas simbólicas pueden ser así fundamento de un conocimiento…” Como vemos, los símbolos (que no son irracionales, desde ya), pueden ayudarnos a conocer. La Mística, entonces, como una aparición a través de la cual se hacen presentes los deseos, los anhelos, las indignaciones.Por eso, “lo místico”, puede ser reapropiado por los Movimientos Populares. Bien puede ser incomprensible, o muy difícil de comprender; puede distraer la emancipación terrenal o bien potenciarla.Apelar a La Mística, trabajar con Mitos en el seno de las organizaciones populares, puede ser tanto reaccionario como revolucionario.Como bien señala el Platense Esteban Rodríguez (ver: Palabras mágicas, en Pensar a Cooke, Manuel Suárez editor, 2005): “Una cosa es el mito y una cosa muy distinta es el fetiche… en el primer caso se intenta intensificar lo que reúne, conmover lo que nombra; en el segundo, por el contrario, se trata de apaciguar la fuerza congregada”.Detengamos por unos segundos más en las definiciones de diccionario. Mito: “Del griego Mitos, fábula. Idealización de un hecho o un personaje histórico que representa caracteres extraordinarios…/ Idea, teoría, doctrina, etc, que expresa los sentimientos de una colectividad y se convierte en estímulo de un movimiento…/Utopía irrealizable” (P.L.I). “… Equivale a la explicación simbólica de algo que no puede ser razonado o demostrado…” (D.F). Nuevamente dos maneras contrapuestas de entender lo mismo. El mito puede ser tanto lo irrealizable, lo extraordinario y, por lo tanto, lo no-cotidiano, lo impracticable; o bien, puede ser “explicación simbólica”, “estímulo” para el conocimiento de la realidad y su transformación. Tenemos, entonces, al fetiche como pasión irracional y al mito, como una articulación entre pasión-razón. Pero: ¿En que nos interesa esto a nosotros? Una de sus posibles es en la relación que establecen con la política y con el tiempo. En el fetiche, el pasado se repite como tradición; “como autoridad que coordina el sentido del presente desquiciado”, señala Rodríguez. En el mito, en cambio, el tiempo está fuera de tiempo. Es decir, se transforma en un tiempo que no quiere ser solo pasado, sino que busca repetirse todo el tiempo.En fin: una temporalidad política desquiciada. Insistiendo con el autor Platense: “El mito supone la articulación de duraciones que se encuentran fuera de sí”.Tenemos, entonces, al pasado, el presente y el futuro, como tres dimensiones articuladas dialécticamente. No un presente que va al pasado. Ninguna imposición reaccionaria de lo pretérito sobre lo actual. Ni un “escapismo” nostálgico hacia atrás. No se trata de ir al pasado sino de traerlo al presente: a las experiencias, los clásicos, los símbolos. Resignificarlos. Entrar en dialogo con ellos, o, como señala Eduardo Rinesi (Política y Tragedia, Colihue, 2003), “discutir” con ellos.
SIETE-
“Lo que construye la unidad es la ideología de la visión política y el uso de símbolos, que van tejiendo la identidad. Ellos materializan el ideal, esa unidad invisible”, expresa Stedile en la entrevista mencionada. La bandera, los brazaletes y gorros, las canciones, las consignas, las herramientas y productos del trabajo, el Jornal Sem Terra (que en determinado momento excedió su papel de medio de comunicación), son los distintos símbolos presentes en la mística dentro del MST.“La música siempre refleja un momento de la lucha o de nuestra historia. Es un símbolo cambiante...La música y nuestras consignas nos ayudan a recuperar nuestra historia... Muchas veces están políticamente mas avanzadas que la acción”.Pensemos en Argentina. En los Movimientos de Trabajadores Desocupados, por ejemplo. Durante todo el período Delarruista (marcado por las masacres de diciembre: iniciaron su gobierno con la represión en el Puente General San Martín, que une las Provincias de Chaco y Corrientes, en diciembre de 1999 y se fueron tras la represión a quienes se opusieron al Estado de Sitio, decretado el 19 de diciembre de 2001 por la noche), las luchas de Los Piqueteros estuvieron marcadas por cánticos de tipo reivindicativo: “Los barrios, vienen marchando, y el cobarde del Gobierno está temblando. Somos el hambre de la ciudad, somos el pueblo que queremos trabajar. Somos los desocupados, piqueteros sí señor, queremos pan y trabajo, nos mandan la represión”, se coreaba, por ejemplo, en las movilizaciones y cortes de calles, rutas y puentes durante todo el año 2000 y 2001.Tras la insurrección de diciembre ya nada sería igual. Las canciones no serían tampoco las mismas. Un día de enero de 2002, mientras la Coordinadora Aníbal Verón repudiaba una nueva visita del Fondo Monetario Internacional (FMI) al país, cortando Puente Pueyrredón, surgió una consigna mucho más politizada que las anteriores:“Y dale alegría, alegría a mi corazón, la sangre de los caídos se rebeló… Ya van a ver, las balas que vos tiraste van a volver; y sí señor, vamos a llenar de Yaquees el paredón”.Por supuesto, estaba muy por encima de la práctica política del momento. Pero se cantaba. Y se continuó cantando. Se le cambió el “Yanquees” por “ratis”. Y tras la Masacre de Avellaneda (ocurrida el 26 de junio de 2002), algunos cambiaron, directamente, todo el final: “Y si señor, vamo´a vengar a los muertos de La Verón”, en alusión a Darío Santillán y Maximiliano Kosteki, dos jóvenes militantes de la Coordinadora Aníbal Verón asesinados en aquella jornada.Luego, ya entrado el gobierno de Néstor Kirchner, los trabajadores desocupados se juntaron con agrupaciones de otros sectores sociales y surgieron nuevas consignas:“Libres o Muertos, Jamás Esclavos…Vamo´ a seguir luchando y poniendo huevo, vamos a construir el poder del pueblo. Contra el imperialismo y la oligarquía, en la lucha por la Patria Socialista”, fue una de ellas. Como vemos, también en nuestro país las canciones van recuperando historia. En 2006 fue muy coreado el cántico: “Hay que crear, hay que crear, crear Poder Popular…Somos el pueblo del 20 de diciembre, somos el pueblo de Puente Pueyrredón... De Cutral-Có, el de Las Heras y Zanón...Somos el Frente que corta todo el puente, somos el Frente Darío Santillán…”
OCHO-
En mayo de 2003 tuve la oportunidad, junto con miembros de organizaciones autónomas argentinas del campo y la ciudad, de participar del 6º curso de formación para militantes de base del Cono Sur, organizado por Vía Campesina-Coordinadora Latinoamericana de Organizaciones del Campo (CLOC).Una mañana, a horas muy tempranas, mientras estudiábamos materialismo histórico en una escuela del MST, al sur de Brasil, el grito de un participante de la clase logró sacarme (a mí y a casi todos, supongo) del estado de semi-dormido en el que me hallaba. Un muchacho agarró la guitarra y se puso a cantar. Todos, inmediatamente, se pararon, corrieron las mesas, y se pusieron a cantar, bailar y aplaudir... parecía una iglesia evangelista Argentina, de esas de la calle Lavalle o la Avenida Santa Fe... pero no: eran militantes y dirigentes populares, muchos de ellos formados cuadros marxistas-leninistas.“Parte de la mística”, me explicaron. Quedé realmente sorprendido. A eso, en el MST, lo llaman “Animación”. Hay quines critican duramente a los Sin Tierra. “Son rígidos, dicen, y tiene una estructura cuasi- estalinista”. Puede ser. Pero tan cierto como que tienen una sólida disciplina militante y estructuras centralizadas, también lo es que apelan a una creatividad y síntesis de tradiciones diversas que sorprende. Tanto como su “Animación”.O como ver a los campesinos sembrando flores por los caminos del asentamiento. Y que respondan –tan naturalmente como cualquiera de nosotros podría silbar un tango en una lluviosa tarde en la ciudad de Buenos Aires- que están llevando adelante una campaña de “embellecemento”.Claro que, como yo, cualquier otro bicho de ciudad; cualquier habitante porteño u otra ciudad del país, puede quedar descolocado, con un gesto ambiguo: entre sorprendido y deslumbrado, observando como clara e intencionalmente, la belleza es colocada del lado de la revolución.

viernes, 9 de febrero de 2007

Wong Kar Wai y el cine como ceremonia



Wong Kar Wai y el cine como ceremonia




Por Mariano Pacheco.
Publicado en: Boletín quincenal Nº54
Prensa De Frente (www.prensadefrente.org), noviembre de 2006


Durante cada sábado de noviembre, Cine Club Eco proyectó un ciclo de Wong Kar Wai, guionista y director de origen chino. En diciembre, gracias al éxito que tuvieron las películas, proyectarán tres nuevos films. Un breve recorrido por la obra de este artista que con “2046, los secretos del amor” y “Con ánimo de amar”, logró un reconocimiento a nivel internacional. Y que tiene al escritor argentino Manuel Puig como uno de sus principales referentes en cuanto a fuentes de inspiración narrativa. “Para cambiar nuestra sociedad, lo que funciona mucho más [que el cine] es gente que sabe hablar; los grandes oradores o los rifles...”Werner Herzog Alguna vez escuché a un crítico preguntarse si el cine tenía algún deber. Decía, el crítico, no estar seguro de poder responderse. Creo que yo, tampoco. ¿Hay que comprometer al cine con los procesos de luchas populares? ¿Hay que mostrar las injusticias sociales? (no puedo evitar que Crónica de un niño sólo, de Leonardo Favio, aparezca en mi cabeza).Cuando vemos películas de directores geniales que han comprometido sus producciones (Raymundo Gleizer o Fernando “Pino” Solanas en nuestro país son ejemplos emblemáticos), nos surge prácticamente de forma inmediata una respuesta por la positiva. Sin embargo, hay quines no involucran ese tipo de temáticas en sus films, pero logran una creación maravillosa, que puede llegar a dejarnos perplejos frente a la pantalla. Uno de esos casos es el de Wong Kar Wai.Durante cada sábado de noviembre, siempre a las 21 hs, el Cine Club Eco proyectó un ciclo de este guionista y director de origen chino, que debutó en la televisión local a los 19 años, para convertirse rápidamente en asistente de productor y después en guionista de películas y series televisadas.Wong gok ka moon (As Tears Go By o El fluir de las lágrimas), A-Fei Zhengchuan (Days of Being Wild o Días salvajes), Dung che sai duk (Ashes of Time o Cenizas del tiempo) y Duo luo tian shi (Fallen Angels o Ángeles caídos), fueron las películas elegidas. Estos films fueron realizados unos cuantos años antes de que el nombre de este artista nacido en la China continental tomara repercusiones a nivel internacional ya que será el nuevo milenio el que lo llevará a la fama. Los títulos: Con ánimo de amar (2000) y 2046, los secretos del amor (2004). El fluir de las lágrimas (1988, protagonizada por Andy Lau, Maggie Cheung, Jacky Cheung, William Chang, Kau Lam, Alex Man y Ronald Wong) fue su primera película como director. Y la primera película del ciclo, convocado bajo el lema: “Por el rescate de la ceremonia mágica del cine”. Días salvajes fue el segundo film escogido para el ciclo. Protagonizada por Leslie Cheung, Andy Lau, Tony Leung. Le siguieron Cenizas del tiempo (1994, con Leslie Cheung, Tony Leung y Brigitte Lin) y Ángeles caídos (1997, con Leon Lai y Takeshi Kaneshiro).Wong Kar-Wai nació en Shanghai, en 1958. En 1964 se mudó con sus padres de la China Comunista hacia Hong-Kong. Tenía cinco años y el dialecto que se hablaba en su nueva morada era diferente al que él conocía. Se le hizo difícil hacer amigos. Quizás por eso pasaba las tardes en el cine, junto a su madre. O en los bares de la ciudad, donde era común escuchar música latina. “Cuando era niño –recuerda años mas tarde– no sabía qué era un bolero, pero ya entonces me fascinaba. Yo los encontraba divertidos, y el ritmo me gustaba mucho. La música latina es muy creativa...”.Este dato, de aparente aspecto anecdótico, sin embargo, se reflejará mas tarde en muchos de sus personajes, que optarán por la propia soledad y aislamiento.Contrariamente a lo que pueda parecer (y Wong lo ha declarado mas de una vez) su mirada sobre el hombre no es pesimista. “Es verdad que mis personajes están terriblemente solos, pero quieren dejar de estarlo. Buscan desesperadamente algo: lo malo es que lo que buscan ya pasó. Ahí surge la nostalgia, la culpa y el dolor...”. Lo que le preocupa, en el fondo, son siempre los sentimientos del Hombre. “Nosotros queremos saber qué les ocurre a esas personas que no se encuentran nunca...”. Ver una película de WKW es una experiencia visual, estética y sensible. En su cine no hay grandes historias, ni un desarrollo complicado de argumentos. No es que desprecie los relatos: de hecho, ha trabajado como escritor durante diez años. Pero, según él mismo ha declarado, “la historia es una parte de la película, pero una película no es solamente una historia”. Los guiones de WKW son apenas borradores. Filma y filma, y después, recorta, y lo que queda, queda.En su universo, todo está teñido por la nostalgia de la temporalidad, del transcurso del tiempo donde el presente se plantea como algo perecedero. Es como si el quiénes hemos sido, quiénes somos y seremos, se planteara como una constante, una suerte de metafísica del tiempo que se escurre. Por eso, quizás, es que pueda parecernos que estamos siempre frente a la misma historia. De hecho, en varias películas, existe una continuidad de personajes entre una y otra.La conjugación de música, colores y planos es seguramente el lugar donde reside su mayor fuerza. En cuanto a la música, WKW dirá que la manera de utilizarla en sus películas es muy impresionista; que cada capítulo o cada historia tienen su propia banda sonora y que cuando escribe, tiene la música en la cabeza.La introducción de música latina (el bolero), y la preeminencia de colores en Días salvajes (en este caso copada por el verde), será algo que se repetirá en sus próximos films: en Con ánimo de amar y 2046 primará el color rojo y frecuentará nuevamente el bolero.Eros (2004, protagonizado por Chang Chen y Gong Li), un corto en donde, además de WKW, participan Michelangelo Antonioni y Steven Soderbergh, fue lo último que ha llegado a las pantallas de cine de estas tierras periféricas, el año pasado.En diciembre, gracias al éxito de la programación de noviembre, Cine Club Eco proyectará tres nuevos films de Wong Kar Wai: Chungking express (1994, con Tony Leung, Brigitte Lin y Faye Wang); Happy toghetter (1998, con Leslie Cheung; Chang Chen y Tony Leung) y su clásico Con ánimo de amar (2000, con Maggie Cheung, Tony Leung y Rebecca Pan).Podremos (los sábados 2, 9 y 16) continuar apreciando a este hombre que parece tener tan poco que ver con nosotros y que, sin embargo, tiene a Puig como a uno de sus principales referentes. Tanto, que ha realizado un film (Happy Together, Felices juntos, 1996, filmado en Buenos Aires) basado en una de sus historias. Y que ha llegado a declarar: “El escritor argentino Manuel Puig inspiró mi forma de contar”.